Este documento en términos amplios, nos invita a reflexionar acerca del impacto y la contribución que significa la educación en la supervivencia de la sociedad dentro de un contexto democrático. En un país como Chile, en vías del desarrollo, la educación cumple un papel protagónico importante en esta misión que busca cambios en un marco de equidad, calidad y eficiencia, en un siglo XXI de interrelaciones muy complejas, esto permitirá mejorar sustancialmente la calidad de vida de las personas.
En esta tarea se interpreta que la escuela permite ayudar a los estudiantes a lograr mejores niveles de vida, abrir el camino a nuevas oportunidades y proveerles de las herramientas necesarias para la construcción de sus futuros laborales. De este modo se confirma la vigencia de la función de la educación como el de estimular, nutrir y cultivar el crecimiento y desarrollo de las personas, las cuales como resultado se convierten en sostenedores de sus propios ideales, siendo la escuela la institución creada para estos fines.
Ante todo esto, uno de los factores limitantes de la educación es la condición de extrema pobreza de parte significativa de sus habitantes y la falta de equidad como resultado de un crecimiento económico disparejo, lo que limita el que los habitantes del país puedan visualizar de manera clara un futuro con las mismas oportunidades para todos.
El otro gran problema es que la enseñanza se ah limitado tan solo al traspaso de conocimientos, olvidando que los pilares básicos de la educación lo constituyen el aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.
En conclusión el desafío para Chile en el siglo XXI lo constituye el seguir trabajando en la búsqueda de un sistema educacional multidimensional e integral, con el trabajo comprometido de profesores y principalmente de las familias chilenas.
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